miércoles, 29 de junio de 2016

"Donde aúllan las colinas"

#YincanaHistorica -  Reto Lecturas 2016 de Novela Histórica
Semana 5 – Jueves – Antiguas Civilizaciones
La acción transcurre en la Roma Imperial

“Donde aúllan las colinas” 
de Francisco Narla

Editorial Planeta, 2016



(libro sorteado por los blogs "De tinta en vena" 
"Negro sobre blanco" en Mayo de 2016)




Cuando el lector percibe que el peligro está ahí, que puede ser un riesgo mover un músculo…o la mirada…es porque lo que está leyendo ha calado en su interior y la ficción se inmiscuye y derrumba hasta la más mínima lógica. Cuando esto sucede es porque el autor puede dar vida a un relato escalofriante y aprisionar la atención casi física del que lee. Sí, una ficción que muerde como las dentelladas de un lobo.

Francisco Narla nos lleva al siglo I a.C., a Roma y a los confines de sus dominios, al norte de Hispania. Nos muestra a un Julio César que necesita reafirmar su poder sobre esos dominios y hacia allí envía a una expedición en busca de oro. Los exploradores no pueden mostrar su verdadera misión y se hacen pasar por alimañeros: cazadores de lobos; lobos que diezman el ganado de los humildes aldeanos hispanos. ¿Encontrarán oro? ¿Los pobladores les creerán?

Sí, encuentran oro, pero los pobladores no son fáciles de engañar: no quieren ser vasallos sumisos de Roma. Tratan de discurrir entre cuál es el peligro mayor, si los romanos o los lobos. Y estos últimos son los que podríamos llamar terceros personajes, porque al ser amenazados, reciclan su vieja, su legendaria astucia y ponen el acecho como ingrediente substancial de la novela. Así, el narrador omnisciente nos sitúa, literalmente, en la piel de los lobos sin que en ningún momento digamos: ‘no puede ser, es un animal’. Repetimos: lo ancestral, lo atávico del instinto lobuno se adueña del lector. De esta forma, cuando el cazador se alarma y el mal presagio lo aterra, la lectura espeluzna.

Contribuyen a esto las ilustraciones que comienzan cada capítulo…las huellas se acercan… ¡cuidado!

Este accionar no deja de lado la descripción de una Roma principesca y a la vez, decadente:
“…ya en los tiempos de los reyes la avaricia de los hombres había secado aquel marjal infecto para domar la tierra a su conveniencia. Y los barros se habían modelado con piedra para formar templos, palacios, circos. Todo crecido alrededor de un fangal. Allí estaban el Foro, el templo de Cibeles, el de Victoria y la casa de las vestales, donde el corazón de la ciudad palpitaba transformado en fuego sagrado; en llamas que traían la fortuna a sus gentes y que, de extinguirse, aparejarían una catástrofe impensable.”

Ni tampoco el retrato de geografías y naturalezas bellísimas:
“El verano apretaba las flores en los escaramujos, levantaba mañanas llenas de color, espantaba las nubes, se bebía los cauces de los ríos, agostaba las praderías. En los nidos piaban pajarillos recién nacidos, los oseznos aprendían a buscar colmenas en los robles ahuecados, los zorros enseñaban a cazar a sus pequeños.”

La mayoría de los personajes son romanos, pero el trampero que va con ellos en busca de oro, es hispano. Los hispanos autóctonos son humildes, pero entre ellos hay druidas. Los lobos están siendo aniquilados, pero uno de ellos, -enorme, poderoso, sagaz- no ceja en su afán de venganza. Julio César es dueño del poder máximo, pero la traición puede estar rondándole. Es un libro de ficción, pero puede prevalecer ante la realidad. El lector es humano, pero puede considerarse lobo.

Una novela inolvidable:
“…tripas…almas…recuerdos…esclavo[s] de la tinta y el papel” 




2 comentarios:

  1. Yo la tengo para el próximo mes.Acudí a una presentación del escritor y me la compré. Me alegro que te gustara. Besinos.

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  2. Qué bueno estar en la presentación del autor!!! Seguramente te va a gustar la novela.Cariños!!

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