#YincanaHistorica -
Reto Lecturas 2016 de Novela Histórica
Semana 2 – Viernes – España
Uno de los personajes ha participado en la Guerra
Civil
“La fuente de oro” de Juan Pedro Cosano
Editorial: PLANETA, 2016
Generalmente, la novela histórica
narra los hechos, acunados en uno o varios romances y con buenas cuotas de
suspenso o de aventuras. A veces, alguno de esos ingredientes descuellan sobre
los demás, haciendo perder brillo a otras piezas del argumento. Pero cuando
todo el relato se lee con la misma curiosidad, con la misma pasmada atención,
es porque la novela es muy buena y porque el autor es sorprendente. Esto ocurre
con “La fuente de oro” de Juan Pedro Cosano, abogado y escritor español, nacido
en Jerez en 1960.
La historia comienza en 1929, en
España, particularmente en Jerez y en Madrid. Una época de férreas autoridades:
son férreas la política, la Iglesia, las leyes que deben cumplir los más
humildes y, entre ellos, las mujeres, las más perjudicadas cuando no tienen una
mínima pizca de poder. En ese contexto, encontramos a Beltrán de la Cueva
Villacreces, joven heredero gustoso de irresponsabilidades y riesgos. Su padre
es uno de los propietarios de las principales bodegas de Jerez, -‘su fuente de
oro’-, junto a tíos y primos de Beltrán. Tres mujeres impactan en su vida. Una
es la prima Maravillas, con la que comparte un secreto. Otra es su futura
esposa Sonsoles Domecq, candidata correcta, por su misma categoría social, por
necesidades comerciales y como forma de zanjar viejos resquemores entre las
familias De la Cueva-Domecq. Y por último Mercedes Gavilán, Lele, jovencita
doméstica, hermosa, frágil, romántica. Cada una llega de distinta forma a la
vida del joven Beltrán, acostumbrado a la conquista fácil, a los placeres no
muy santos que da el dinero a raudales y sobre todo, a la libertad sin
responsabilidades. ¿Será Beltrán capaz de sentir amor verdadero por alguna de
ellas? ¿O su fortuna lo mantendrá siempre por encima de algún sentimiento
íntegro?
“Tu destino es hacer daño a las mujeres, Beltrán”
Los cambios sociales y políticos
que se suceden en España, antes y después de la Guerra Civil Española de 1936-1939
afectan a la familia de la Cueva en su economía y peor aún, en su seguridad.
Sin embargo, como muchas veces lo muestra la historia, los realmente
perjudicados son los más pobres, porque también su economía y su seguridad son
manipuladas, pero ellos tienen menos recursos de defensa. Entre ellos está
Lele, su familia y sus amigos. A pesar de todo,
“A pesar de pasarse los días limpiando sus mierdas”
las clases obreras se comienzan a
organizar y su voz alza el tono. Y aquí hacen su aparición la violencia y la
corrupción. La élite política necesita someter cualquier cambio social,
cualquier atisbo que haga peligrar su supremacía y se vale de cualquier método
para salvaguardarla. La violencia es su mejor arma, pero los subordinados que
la ejercen no siempre son fieles a la misma causa…el dinero los puede hacer
cambiar de opinión. Estos elementos entretejen la trama: amor, fidelidad, odio,
guerra, patrimonios, poder, culpa, violencia, corrupción, temor y
enmarcándolos, como en un espacio totalizador, el cambio en todos y cada uno de
los aspecto de la vida de los personajes y su entorno. ¿Cambio?... ¿como envilecimiento
o como redención?
Empero, creemos que lo
sobresaliente de la novela es su exquisita escritura. En los pensamientos, las
voces, las acciones y los sentimientos de Lele, Beltrán y demás protagonistas,
vamos viviendo y sufriendo en carne propia, los avatares del libro. Sí,
sufriendo en carne propia, porque el modo de relatar de Juan Pedro Cosano, es
capaz de circular recónditamente por las venas del lector. Descripciones en
seguidilla de nombres de los objetos que hacen a la vida cotidiana de los
protagonistas, en sus casas, en sus labores, en sus paseos, sumergen al que lee
de manera vívida en el contexto físico. El modo en que los personajes trabajan,
sueñan, aman, agreden, traicionan, dudan, se visten, se alimentan, se enojan,
se rebelan o se asustan, estruja el sentir del que, a estas alturas, no puede
dejar de leer.
Cabe destacar especialmente, el don del autor para describir situaciones y sentires a través de los aromas; lo hace de tal forma que se perciben las fragancias de los lugares y de los momentos que narra:
"...que exhalaran toda su fragancia, todas sus potencias. Que un perfume podía dar más carácter que el más alto de los oficios. Que un aroma podía dar más paz que la más hermosa de las nanas."
Añadamos a lo dicho, el suspenso, porque no se consigue
pronosticar cuál es la acción (o la traición) que sigue unas líneas después.
Por último, pocos autores logran que, luego de relatar tanto dolor causado por
la guerra, la sensación que subyace sea la de belleza, porque el lenguaje
conquista esa sensación. La magia de las palabras y el talento de hilarlas como
si fueran un encantamiento. Altamente recomendable.