“Azteca” de Gary Jennings
#YincanaHistórica – Reto Lectura Novela Histórica 2016
Semana 5 – Sábado – Antiguas Civilizaciones
América precolombina o durante la colonización
ARGUMENTO
¿Puede la fina ironía de un azteca del siglo XVI poner
en duda las prácticas y creencias de la Iglesia católica? ¿Hasta dónde consiguen
molestar sus relatos y afirmaciones? ¿Es posible comparar la cultura mexicana
antigua con la española de la misma época?
“Todos los españoles observaron aprobadoramente el tamaño, la población, el esplendor y la limpieza de Tenochtitlán, y la compararon con todas las otras ciudades que habían visitado. […] Los visitantes dijeron que nuestra ciudad era más grande en extensión que Valladolid, que tenía más habitantes que Sevilla, que sus edificios eran casi tan magníficos como los de Santa Roma, que sus canales la asemejaban a Ámsterdam o Venecia, y que sus calles, su aire y sus aguas eran más limpios que los de cualquiera de esos lugares”.
El rey Carlos V quiere conocer a las poblaciones
americanas recién descubiertas y encarga al Obispo de México que busque el
testimonio de un indígena conocedor de las costumbres locales. El elegido es
Siete Flor, un azteca, escriba y consejero de las autoridades precolombinas.
Así, va narrando su vida, a la par que da a conocer la historia de los pueblos originarios.
En distintos encuentros, que comienzan en 1530, Siete Flor relata fluidamente
su biografía, un intérprete traduce, mientras varios frailes escriben sus
palabras, que son enviadas con posterioridad al rey español. Todo esto, bajo la
atenta y feroz mirada de Juan de Zumárraga, Obispo, Inquisidor Apostólico y
Protector de los Indios.
El azteca es, desde pequeño, un amante del saber y del
conocimiento, por eso, aprende a interpretar y reproducir la escritura-pintada
que los indígenas utilizan para comunicarse, para escribir su historia, para
adorar a sus dioses y para progresar en sus ciencias. Estos saberes lo acercan
a las máximas autoridades locales y así, conoce, aprende y es capaz de describir
minuciosamente Tenochtitlán y las ciudades más importantes del imperio azteca,
pero además, recorrer una y otra vez, la geografía de la península,
participando de renombrados sucesos históricos. El relato abarca, también, un
variadísimo abanico de temas: guerras, política, mitología, arquitectura,
astronomía, salud, alimentos, cultivos, instrumentos, armas, navegación,
embarcaciones, etc.
Pero sobre todo, describe las costumbres rituales y
sociales, que tanto molestan a los sacerdotes católicos, no sólo por las
prácticas en sí, sino porque Siete Flor sabe deslizar de forma cáustica, con un
selecto y punzante sarcasmo, observaciones que muestran cómo la Iglesia,
veladamente, hace lo mismo. Por ejemplo: los aztecas hacen sacrificios humanos,
los católicos queman ‘herejes’ en la hoguera; los aztecas gozan de libertad
sexual, los soldados católicos violan salvajemente a las indígenas; los aztecas
pueden tener varias esposas, los católicos esconden a sus concubinas.
Así, el relato va creciendo y mostrando la realidad de
la era anterior a la llegada de los españoles a México, mientras Siete Flor
llega a su edad adulta y durante este lapso, cambia de nombres con frecuencia:
Topo, Mixtli, Tozani, Malinqui, etc., es escribano, militar, comerciante,
vagabundo. Estando a las órdenes de Moctezuma, es testigo directo de la
conquista extranjera, con un interrogante: ¿los indígenas son vencidos por las
armas o por la viruela?. Llegada su vejez, el azteca observa los cambios
sufridos por su pueblo a manos de Hernán Cortés y de la Iglesia.
ESTILO
El título lo dice todo: "Azteca", como individualidad al
narrar la vida completa de Siete Flor; "Azteca" como descripción de un pueblo,
una sociedad, un imperio, un cúmulo de costumbres y sabiduría. La edición leída
para esta reseña tiene 1087 páginas. El prólogo pone claramente en situación y
describe eficazmente el contenido, pero, quizás sin necesidad, da a conocer el
final de la novela. El libro se inicia con la carta del rey Carlos V, pidiendo
información al Obispo; le sigue su respuesta y aceptación de la tarea.
Los capítulos se titulan en latín: Incipit:
(“Crónica relatada por un indio viejo de la tribu llamada comúnmente azteca, cuya narración fue dirigida a Su Ilustrísima, el Muy Reverendo Don Juan de Zumárraga, Obispo de la Sede de México y anotada verbatim ab origine por Fray Gaspar de Gayana J., Fray Toribio Vega de Aranjuez, Fray Jerónimo Muñoz G., Fray Domingo Villegas e Ybarra, Alonso de Molina, interpres.”),
Dixit (la presentación
del azteca), Alter Pars, Tertia Pars, etc. Al final de cada uno, el Obispo lo
rubrica con su firma y con suspicaces impresiones, alternadas con hechos que
ocurren en tierras indianas. Lo que horroriza al clérigo, despierta la
curiosidad del rey.
Es un texto claramente descriptivo, que incluye la
historia, la vida cotidiana, las regiones vecinas a los aztecas, algo de los
mayas, las sucesiones en el poder y por supuesto, la conquista y el cambio
drástico al momento de los sucesos narrados. Incluye, asimismo, un vasto fondo
filosófico, moral y religioso de un pasado indígena (azteca, tolteca, zapoteca,
olmeca) que se muestra en la trama, constituida también, por un sustrato de
familia y romance, que envuelven y sostienen la novela.
EL AUTOR
Gary Jennings, estadounidense, 1928-1999. Fue
publicista, periodista, corresponsal y director de revista, antes de dedicarse sólo
a la literatura.
OPINIÓN
Es una obra maestra. La exquisita ironía y la cuota de
humor que conlleva todo el libro, lo hace magnífico. Es la bellísima
descripción de una sociedad, pero también la expresión del amor que los aztecas
sentían por sus gentes, sus dioses, sus tierras y sus pertenencias. Una
excelente novela en la que el autor vuelca la historia desde todos los puntos
de vista del ser humano: desde el amor al odio, desde el perdón a la venganza,
desde el sentido común a la peor de las locuras, desde la estudiada ambición
política al ingenuo y tardío error estratégico, desde la infancia a la vejez...la
historia hecha novela o una novela que enaltece la historia.
A pesar de que gran parte del relato refiere a hechos
crueles, la forma de escritura, lo hace aceptable, dejando una impresión de
dolor, no de repugnancia. El estilo es dinámico, llevadero, sencillo pero
eficaz. Las descripciones son sumamente claras, despiertan la admiración hacia
un pueblo que cree en sí mismo y en su futuro. A modo de cierre, algunos
párrafos:
“Quería ver el lugar que había sido habitado por primera vez en toda la región, el sitio en donde se fundó la primera civilización que llegó a florecer aquí. […] llegué a la antigua ciudad de Teotihuacán, El Lugar En Donde Los Dioses Se Reunieron. […] De acuerdo con la tradición mexica, la ciudad fue construida por los dioses para reunirse allí mientras hacían sus planes para crear el resto del mundo, y por eso le dábamos ese nombre. […]Como yo vi Teotihuacán por primera vez —en un atardecer lleno de un colorido singular, con su pirámide levantándose sobre la tierra llana y el sol cubierto con una nueva capa de oro rojo, destacándose luminoso contra el púrpura de las montañas distantes, bajo el azul profundo del cielo— era algo tan maravilloso que uno podría creer que en verdad la ciudad fue construida por los dioses, o si fue hecha por hombres éstos se asemejaban a los dioses.”
Otro libro que gracias a tu reseña me apunto porque me parece interesantísimo.
ResponderEliminarUn beso.
Qué bueno! Muchas gracias!!
EliminarUn libro apasionante
ResponderEliminar